La música boliviana se vistió de luto porque el corazón del baterista Eddy Chuquimia dejó de latir la noche del sábado. Su cuerpo no soportó el ataque del Covid-19, que por días lo tuvo internado en un hospital paceño. Amigos y artistas le rinden homenaje.
“Eddy, nuestro hermano, nos dejó. Pero también nos dejó toda su música, su amor, sus enseñanzas, su pasión, su ritmo, su risa, sus chistes, su buen humor... Lo extrañaremos en cada paso, cada nota, cada segundo. Estará siempre con nosotros”, publicó en su cuenta oficial la banda de jazz-fusión, Efecto Mandarina.

La partida del joven intérprete causó pesar en el ámbito artístico.
Si bien esta fue la agrupación en la que Chuquimia consolidó su carrera, su camino por la música empezó hace casi un cuarto de siglo. Muy joven y versátil tocó en varias agrupaciones y se convirtió en uno de los grandes bateristas del país.
El músico sesionista, productor, docente e instructor de batería y percusión, se formó en el Conservatorio Nacional de Música. Fue parte de la Orquesta Sinfónica Nacional y de la Big Band Jazz Juvenil de Bolivia. Participó en varios festivales nacionales e internacionales junto a Danilo Rojas Cuartet, la Big Band Bolivia y Martín Castillo.
Su pasión por el ritmo y su amor a la música afloraba en todos los ritmos: jazz, rock, pop o folklore. Siempre buscando dejar algo de sí mismo, tanto en un blues como en una chacarera.
Formó parte la agrupación Sin Fronteras y acompañó a Esther Marisol y Jheny Cárdenas, entre otros.
Vivió sus 41 años al máximo, con la mira puesta en cumplir sus sueños de llevar su música a otro nivel, enseñar y dejar huella. Con ese objetivo abrió la academia de batería y percusión que lleva su nombre.
“Seguirás estando en todas las canciones porque así trasciende uno, en su arte... y el tuyo era siempre ir a tu ritmo...”, le dedicó la vocalista Vero Pérez.
Vía: Página Siete.
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